La Biblia, la Guía Inspirada por Dios
Creemos que la Biblia es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16). Esto significa que, aunque fue escrita por hombres a lo largo de muchos siglos y en diferentes contextos culturales, Dios los guió para que registraran su mensaje de manera infalible. No es un mero producto de la sabiduría humana, sino la expresión de la mente de Dios comunicada a sus criaturas.
La Revelación de Dios y Su Plan
La Biblia narra la historia de la relación de Dios con la humanidad, desde la creación hasta la promesa de la nueva Jerusalén. Nos revela quién es Dios: su amor, su justicia, su santidad, su misericordia y su fidelidad. A través de sus páginas, entendemos su plan de redención para un mundo caído, culminando en la venida y sacrificio de Jesucristo.
Dos Testamentos, Una Historia
Se divide en dos secciones principales:
- El Antiguo Testamento (o Antiguo Pacto): Contiene la ley, la historia del pueblo de Israel, los profetas y la sabiduría. Nos prepara para la venida del Mesías, señalando continuamente hacia Él a través de profecías y tipos.
- El Nuevo Testamento (o Nuevo Pacto): Se centra en la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo, el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento. También incluye los evangelios, los Hechos de los Apóstoles (que narran el inicio de la Iglesia), las epístolas (cartas de enseñanza y ánimo a las primeras comunidades cristianas) y el libro profético de Apocalipsis.
Ambos testamentos son cruciales para una comprensión completa de la fe cristiana, ya que uno ilumina al otro y juntos forman una narrativa coherente de la obra redentora de Dios.
Guía para la Vida y Transformación Personal
Para un cristiano, la Biblia es mucho más que un texto histórico o una colección de historias. Es una fuente de sabiduría y dirección para la vida diaria. Sus principios y mandamientos nos enseñan cómo vivir de una manera que agrada a Dios y beneficia a los demás. Nos consuela en momentos de dolor, nos corrige cuando nos desviamos y nos inspira a crecer en nuestra fe.
La leemos no solo para obtener información, sino para ser transformados por ella. A medida que meditamos en sus verdades y aplicamos sus enseñanzas, nuestras mentes y corazones son renovados por el Espíritu Santo, ayudándonos a ser más como Cristo.
La Biblia misma habla de su poder y propósito:
Hebreos 4:12 (RVR60): “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Este versículo subraya la naturaleza dinámica y penetrante de la Palabra, mostrando su capacidad para llegar a lo más profundo de nuestro ser y revelar la verdad.
Salmo 119:105 (RVR60): “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” Este pasaje poético resalta el rol de la Palabra de Dios como guía constante en la vida del creyente, iluminando el camino y ayudando a tomar decisiones correctas en la oscuridad de la incertidumbre.
La Biblia como Alimento Espiritual
Los Cristianos consideramos la Biblia como nuestro alimento espiritual. Así como el cuerpo necesita sustento, nuestro espíritu necesita la Palabra de Dios para crecer y mantenerse fuerte. Dedicar tiempo a la lectura, el estudio y la meditación de las Escrituras es una parte vital de nuestro caminar diario con Dios.
En resumen, para los cristianos, la Biblia es la verdad inmutable de Dios, un tesoro invaluable que nos revela a Jesucristo, nos guía en la vida, nos transforma y nos ofrece la esperanza de la vida eterna.
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